lunes, 14 de mayo de 2012

Beso a beso







Noche abrazada  a ti, a tu recuerdo.
Besabas mi boca, mi pelo,
mi cuerpo, desesperadamente
como temiendo que se esfumara.
Yo te besaba de la misma manera,
beso a beso bajé donde me esperabas.
Primero en tu piel, después en tu alma,
y mas tarde en tu ingles bailarinas.




Lady

sábado, 21 de abril de 2012

Sin rumbo



Antes de conocernos, no era yo,
solo alguien que caminaba sin rumbo.
Ahora siempre estas al final de mi camino.


Lady

domingo, 8 de enero de 2012

Ven...



Dentro de poco me desnudaré,
vestiré mi alma de recuerdos 
y junto a tu cuerpo de deseo,
entraré a mi dormitorio, y juntos,
allí donde te encuentres
besaré tu boca hasta hacer que suspires,
como cuando anoche nos acariciábamos.




Lady

lunes, 5 de diciembre de 2011

Mi pequeña Lady




Mi pequeña Lady sueña despierta
sin dormir y entre suspiros recuerda
cada sabor compartido con su hombre
que le llena de recuerdos pero esta lejos,
que le ama pero esta preso,
que también sueña pero siempre le despiertan.

Mi pequeña Lady quiere dormir
porque soñando se cumplen sus deseos
de ser la reina de sus pensamientos,
hora a hora hasta el final de sus días
que estará lejos si su hombre esta atado
a sus besos, a sus brazos, a sus caricias.

Mi pequeña Lady
cada día es más grande.

Él

sábado, 29 de octubre de 2011

Contigo



Quiero soñar contigo
sin que me despierte el alba.
Si con el primer rayo de sol
me encuentro rodeada de amor,
cerraré puertas y ventanas
y seguiré besando tu boca.
Porque no hay nada más dulce
que tus besos, nada...
Nada es más seguro que tus brazos,
cuando tus manos dibujan corazones
en mi cuerpo desnudo.






Lady

martes, 16 de agosto de 2011

No te marches sin mí





El subió al tren que empezaba el fin de trayecto.
Ella bajó la mirada para que no viera sus lágrimas,
solo deseaba que recordara su cara sonriente
y sus ojos llenos de estrellas en la tarde.
No vio su rostro tras la ventanilla,
pero imaginó su vida de nuevo sin él.
Y su alma lloró inundando el andén de melancolía.


Lady

sábado, 9 de julio de 2011

El amante de Lady Chatterley



Connie  abrió la verja de madera, y Clifford pasó despacio, en su cochecito, al ancho camino que ascendía por un declive entre los recortados macizos de avellanos. Este bosque era lo que quedaba de la inmensa selva donde había cazado Robin Hood, y este camino era una vieja calzada que recorría la región. Pero ahora, por supuesto, no era más que un camino de herradura en un bosque particular. La carretera de Mansfield se desviaba hacia el norte.
En el bosque, todo estaba inmóvil; las hojas del suelo conservaban  la escarcha debajo. Un arrendajo cantaba ásperamente, y alborotaba a un montón de pajarillas, pero no había caza; no había faisanes. Los habían exterminado durante la guerra, y el bosque había quedado sin protección hasta ahora, en que Clifford había vuelto a contratar un guardabosque.
A Clifford le encantaba el bosque; le entusiasmaban los robles añosos. Sentía que eran suyos desde generaciones. Quería protegerlos. Quería conservar intacto el lugar, cerrado al mundo.


Lady